Historias de viajes en autobús o en auto por las calles de Caracas; invenciones matizadas por recuerdos de la infancia, cuentos de restaurantes, anécdotas de la vida real –la que uno se imagina, la que uno cree vivir –teñida por la necesidad de fantasear; relatos inspirados por el temor a la vejez; ejercicios de narración productos de las enseñanzas del maestro; crónicas de la pasividad de los habitantes de esta ciudad abatida por el abandono, la desidia, la corrupción, la impericia, la negligencia y la ignorancia de sus gobernantes; historias inspiradas por la belleza de las mujeres que se han cruzado en mis caminos. Me faltan, como a cualquiera que va por el mundo con los ojos abiertos, dispuesto a cerrarlos y vivir los sueños y las trampas y juegos de la memoria. He vivido 24278 días. Soy ingeniero electricista y abogado; escritor de poemas para cumpleaños, de libros ineditables, declaraciones de amor (tengo nariz grande como la de Cyrano) y despedidas definitivas y no tanto; hago presentaciones en PowerPoint, cocino pizzas, hago buenas ensaladas y buenos sandwichs; hago giclée, incluso por encargo; soy conductor de vehículos a altas velocidades, por lo que he decidido no tener auto propio; mido 178 cm y peso 75 Kg cuando no más o no menos; calzo 41 y más; me gustan las mujeres inteligentes y que cuidan su apariencia; me horrorizan los juanetes; no me gusta que me regalen porquerías; puedo simular que cumplo años en cualquier día del año, por si hay alguien fanático de regalar; preparo carpetas para solicitar divisas a CADIVI y hago otras cosas infructuosas; no me gustan los perfumes dulces; me gusta comer nueces, avellanas, almendras, merey, maní, ajonjolí, linaza y chia... a veces todos juntos; mi única experiencia homosexual fue con una mujer; soy lesbiano; llevo 3 días tomando cloruro de magnesio y me parece una porquería, por lo que seguiré pegado en los 3 días; me corto el cabello yo mismo y a veces me queda bien; hablo español, machuco el francés y el inglés y no me moriría de hambre en Italia por no saber decir que tengo hambre; me gustaría hablar alemán, pero no tanto como para ponerme a aprenderlo, aunque ya sé leerlo sin entender; escondo billetes en la cartera y lo olvido para sorprenderme cuando me quedo sin real; me gusta el cine e incluso voy de vez en cuando; más me gustan las películas que pasan en los cines; nunca me he acostado con una prostituta ni con dos mujeres a la vez; no lo lamento ni le temo al ridículo; soy corrector gramatical obsesivo y defiendo el uso ocasional y excepcional de las groserías; me gusta tomarme un güisquicito al día, pero no siempre tengo en casa; puedo pasar todo un día pegado a la pantalla de la computadora contestando emails, posteando comentarios en Facebook, tuiteando, leyendo noticias y haciendo cuadros en giclée, pero si agarro un libro se me olvida el mundo y ni me entero de la invasión extraterrestre; sufro del corazón, pero no por deficiencias fisiológicas -ya superadas -sino porque a veces soy muy cursi; cuando veo por primera vez a una mujer mis ojos siguen la ruta trasero-ojos-pies; iba a escribir que a veces me falla la memoria reciente, pero no recuerdo si es así... No sé qué otros datos darles, pero seguramente mañana recordaré otros... o pasado mañana.