Cómo llegué a la sonoterapia Estoy sentado en Oaxaca, y estoy revisando un proyecto, donde vamos a integrar la sonoterapia y su poder sanador a una obra de teatro verdaderamente inmersiva. Es la primera vez que me contratan para hacer algo así de poderoso y de verdad que estoy muy emocionado. Quiero aprovechar para decirte cómo llegué aquí y de que se trata todo esto que te voy a contar a través de estas páginas y como es que mi vida cambió para siempre. Hace más o menos unos 9 años, tuve la fortuna de lesionarme la columna vertebral, y todo comenzó con un dolor en la nalga, y en la cintura. Yo no sabía en aquel entonces tanto sobre el cuerpo, la fisiología y su funcionamiento, pero siento que era la forma en que la vida me estaba preparando para llegar aquí hoy. Todo comenzó con una punzada que por momentos me dolía y me paralizaba, me permitía hacer algunos movimientos y luego desaparecía, después iba, despues venía, pero yo estaba tan ocupado queriendo ser rico, queriendo ser famoso, queriendo ser reconocido, que poco a poco dejé mi cuerpo de lado, me fui dejando el atender a mi cuerpo para luego, y vaya que aguantó mi hermoso y bendito cuerpo, hoy lo entiendo. En aquel entonces tuve la fortuna de lastimarme y entonces un día de mucho dolor, yo estaba por entrar a una entrevista, cuando conocí a Kala, una mujer de ojos alegres y una mirada serena, y muy acertiva, se acercó y me dijo que estaba por aparecer en la entrevista donde participaríamos los dos, me sonrió y me contó que ella llevaba un instrumento que podría ayudarme a bajar el dolor o incluso tal vez a eliminarlo. La verdad es que siempre he sido tan escéptico como Santo Tomás y no suelo creer en lo que no puedo ver o esentir sus efectos inmediatos, y bueno, ese día en particular, Kala tenía algo que me iba a abrir la puerta a la curiosidad. Me pidió que nos descalzáramos en el pasto a un lado del set de grabación y que cerrará un momento mis ojos, primero sacó un pin de mandalófono y me lo enseñó, me mostró como funcionaba y qué era lo que iba a hacer, y me gustó, me llamó mucho la atención, así que decidí cerrar mis ojos y entregarme a la experiencia. En ese entonces Kala que es muy pequeñita en comparación con mi tamaño, comenzó a mover el pin alrededor de mi cuerpo, mientras hacía algo interno, una oración, una conexión, no sabría decirte a ciencia cierta lo que hacía, pero lo supe porque era evidente, se sentía. Cuando terminó me dijo: “esto te ayudará Shorge”, muchos me dicen así porque a veces escribo mi nombre con X ... pero esa es otra historia para otro momento. Kala me dijo que el sonido iba reacomodando mis células y mis partículas, no me resultó descabellado pues sentí alivio y me gustó lo que comencé a experimentar. Sin embargo me dijo que sacara cita con su maestro, y que él podría ayudarme aún más. Recuerdo que ese día regresé contento a casa, tenía por fin el reconocimiento de un canal independiente y se estaban grabando cápsulas con mi información y participación, además había conocido a Kala y al pin de Mandalófono. No pasaron muchos días para que el dolor regresara, y lo hizo con más fuerza, así que decidí agendar una cita con el Maestro. Todavía recuerdo que en aquel entonces su nombre espiritual, era: V. de Venerable, Dharmapa, Rimpoché Aclaiva, y a mí se me hacía muy rimbombante e imponente tanto nombre, tanta solemnidad; sin embargo, el dolor comenzaba a ser cada vez más intenso y como ya había ido a quiroprácticos, fisioterapeutas, doctores, sobadores, curanderos y el dolor seguía yendo y viniendo, decidí darme una oportunidad con él.