Leccionario I - Año A: Un tesoro litúrgico renovado El Leccionario I, reformado tras el Concilio Vaticano II y promulgado por el Papa Pablo VI, es un elemento fundamental en la liturgia católica. Contiene las lecturas bíblicas para los domingos y fiestas del Señor a lo largo del Año Litúrgico A. Profundidad y riqueza: Ciclo trienal: El Leccionario I forma parte de un ciclo de tres años (A, B, C), cada uno con su propia selección de lecturas, lo que permite a los fieles explorar una mayor amplitud de la Sagrada Escritura. - Estructura dominical: Cada domingo presenta un conjunto de lecturas: Primera lectura: Generalmente del Antiguo Testamento, establece una conexión temática con el Evangelio. - Salmo responsorial: Un canto que invita a la reflexión y la respuesta a la Palabra de Dios. - Segunda lectura: Normalmente de las cartas del Nuevo Testamento, ofrece enseñanzas apostólicas. - Evangelio: El corazón de la liturgia, proclama la vida y mensaje de Jesucristo. Objetivos de la reforma: Mayor participación: Fomentar una participación más activa y consciente de los fieles en la liturgia. - Comprensión profunda: Facilitar una comprensión más profunda de la historia de la salvación y su culminación en Cristo. - Unidad bíblica: Mostrar la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, revelando a Cristo presente en ambos. Frutos del Leccionario I: Enriquecimiento espiritual: Las lecturas cuidadosamente seleccionadas nutren la fe y la vida espiritual de los fieles. - Formación bíblica: Promueve un mayor conocimiento y aprecio por la Sagrada Escritura. - Celebración más plena: Contribuye a una celebración litúrgica más significativa y fructífera. Año A: Un enfoque particular El Año A se caracteriza por un enfoque especial en el Evangelio de Mateo. A través de sus relatos, parábolas y enseñanzas, los fieles profundizan en la identidad de Jesús como Mesías e Hijo de Dios, y en las implicaciones de su mensaje para la vida cristiana. En resumen, el Leccionario I - Año A es un valioso recurso para la Iglesia, que permite a los fieles encontrarse con la Palabra de Dios de manera renovada y experimentar la riqueza de la liturgia.