La decadencia de nuestra cultura continúa. Es cierto que se trata de un proceso extremadamente difícil de revertir, nadie lo pone en duda, pero la mirada más realista y desprejuiciada no puede sino confirmar que la tendencia de los últimos años continúa indemne. El lenguaje lo siguen contaminando los ideólogos, los seudo intelectuales, los periodistas; artículos de diario, programas televisivos, suplementos culturales, apuntes y textos universitarios. Mientras permanezca la enfermedad, el deber de oponerse intelectual y moralmente a la misma también permanece. Deber que se nos impone como confirmados en la fe católica, siguiendo a León XIII: “Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan”. Con esta publicación brindamos recursos para continuar batallando -alegre y poéticamente, como pedía José Antonio- esta auténtica guerra semántica. Esta ofensiva cuyo centro es el significado, la mente, los conceptos. Sus principales cabecillas -cambiando el vocabulario, ocultando ciertas palabras, promoviendo otras y alterando su contenido- no pretenden otra cosa que transformar nuestro pensamiento para llegar a donde realmente desean: a nuestro ser. El dominio de nuestros actos es su último objetivo. Batalla semántica que, por supuesto, no depende ni está ligada a un determinado partido político -por corrupto que fuese- sino que late y se encuentra enquistada en las entrañas mismas de la cultura. Por eso, el desafío. Mucho por hacer, muchas verdades por gritar desde los tejados, en el contexto de una sociedad asfixiada en el egoísmo, la necedad y el abandono del sentido común: una sociedad que llama “derecho” al consumo de estupefacientes, “opción de vida” al infanticidio, “diversión” a la planificación sistemática de la idiotez, “libertad de expresión” a la mentira y la calumnia. Si es verdad que la tarea es descomunal, entonces será necesario dejar de hablar de combate para pasar a combatir. Ponemos al alcance de los interesados estos estudios filosóficos, sociológicos y lingüísticos. La introducción de "Lenguaje, ideología y poder" presenta fragmentos donde teólogos, filósofos y pensadores se expresan con total claridad la decisiva sobre estos temas: - la inteligencia humana y su relación con la palabra; - la verdad y los argumentos sofísticos; - las políticas lingüísticas favorables al aborto; - el lenguaje y su influencia en las revoluciones sociales y políticas; - el poder de la palabra, la persuasión y la oratoria; - las influencias del lenguaje en los cambios culturales y políticos; - las maniobras periodísticas en pro del lobby homosexualista; - la operación mediática en torno a la ley del “matrimonio” igualitario; - las corrientes de pensamiento tendientes a naturalizar el consumo de drogas; - los efectos del marxismo cultural, el feminismo y la ideología de género; - la evidencia y el razonamiento; - las ideologías y su influencia en el uso de las palabras. Un libro ESPECIALMENTE dirigido a estudiantes de filosofía, lectores de teoría política, investigadores sociales y del discurso político, estudiantes de comunicación y sociología, amantes de la teoría crítica, lectores interesados en poder y control, profesores de ciencias sociales y académicos en lingüística. En definitiva, “Lenguaje, Ideología y poder” nos habla de la actualidad a la luz de la filosofía aristotélica-tomista: ideología y comunicación, lenguaje político, psicología del lenguaje, análisis del discurso, Lingüística social y teoría del discurso son algunos de los tópicos de este libro. Aquellos que aman estudiar la sociolingüística, la filosofía del lenguaje y en particular la PSICOPOLÍTICA, encontraran en estas páginas una verdadera piscina donde zambullirse.