Makimaki en el país de todos los colores Una historia sobre migración, amistad y amor por Venezuela. Makimaki es una pequeña estrella curiosa que sueña con conocer la Tierra. Un día, guiada por su amiga la Luna Makimaki decide emprender un viaje luminoso para descubrir ese lugar del que tanto ha oído hablar. Su destino: Venezuela , el país de todos los colores. Allí conoce a Eloy y Sofía , dos niños que le muestran la belleza de su tierra: los tepuyes, los llanos, las playas y las tradiciones, en cada parada, Makimaki descubre un color nuevo, un aroma, una canción, una historia… y comprende que la verdadera riqueza de un país está en su gente y en sus sueños. Pero cuando los niños deben partir lejos, Makimaki los acompaña con su luz, recordándoles que el amor por su país y sus raíces nunca se apaga, aunque vivan bajo otros cielos. ✨ Un cuento tierno y esperanzador sobre la migración infantil, la identidad y la resiliencia emocional. Ideal para leer en familia, en el aula o en terapias que acompañan procesos migratorios. Este cuento, lleno de ilustraciones coloridas y poesía visual, invita a los niños a reconocer la belleza de Venezuela y, al mismo tiempo, a comprender con ternura y esperanza el proceso de migración que viven tantas familias. ✨ “Makimaki en el país de todos los colores” es una obra que combina fantasía, identidad y educación emocional. Es ideal para: Niños y niñas de 4 a y más , tanto en casa como en la escuela. - Familias migrantes que buscan una herramienta amorosa para hablar sobre la separación, los recuerdos y la adaptación a nuevos países. - Docentes y psicólogos que trabajan temas de pertenencia, resiliencia y raíces culturales. El libro forma parte de un proyecto más amplio que incluye la “Guía para acompañar el duelo migratorio infantil” , un recurso complementario para padres y educadores que desean profundizar en las emociones que surgen durante la migración. Con un lenguaje sencillo, imágenes llenas de color y personajes entrañables, Makimaki enseña que la identidad no se pierde, solo se transforma; que cada niño migrante lleva dentro una luz que lo conecta con su origen; y que los lazos de amor, como las estrellas, siguen brillando aunque estemos lejos.