Oraciones a la Virgen de Guadalupe. Plegarias, Rosario propio, Letanías, Novena y Relato de las apariciones. Esta obra se presenta con un elegante diseño en un práctico formato de bolsillo para facilitar su uso, impresa sobre papel crema con tipografía mejorada amistosa con la lectura para prevenir el cansancio de la vista. Ella es la Morenita del Tepeyac, la Reina de México, la Emperatriz de América, aquella “Señora y Niña mía”, como la llamaba el santo indio Juan Diego… La Siempre Virgen Madre de Dios, Santa María de Guadalupe. Todas las advocaciones marianas remiten a una única persona, a María Santísima, la Madre de Dios –como reza el mayor de sus títulos-, pero cada una de ellas acentúa un matiz de su persona, de su vida, incluso su afecto hacia un lugar… Ella, con la Imagen de Santa María de Guadalupe, nos muestra que asume decididamente su parte en la tarea de la evangelización, que no cesa de ofrecernos su fiel protección, y que su mayor deseo es el de mostrarnos y entregarnos a su Hijo, verdadero Dios y verdadero Hombre, a quien porta en su seno como Madre encinta en esta Imagen. Muchas son las alegorías posteriores que se han hecho de la Imagen original impresa de forma milagrosa sobre la tilma de San Juan Diego… Muy bellas, peo hoy, entre las creaciones artificiales y las minimalistas, estamos renunciando terriblemente a muchos elementos llenos de significado con los que la Virgen de Guadalupe quiso mostrarse: Con su tez morena, su pelo suelto, sus dos manos de distintos colores, su manto turquesa estrellado y su túnica floreada, la cinta sobre su vientre, el resplandor que la enmarca, la luna bajo sus pies, o incluso el querubín que delante de ellos une el manto y el vestido simbolizando la paz y la unión entre el Cielo y la Tierra… Nunca digamos que una Imagen es de la Virgen de Guadalupe si omite estos elementos, ya que nos privaría de enseñanzas que la Virgen nos mostró. En este libro, aunque no las tratemos de forma sistemática, estarán suficientemente presentes. En este devocionario, que incluye cuanto su título expresa, no profundizaremos en aquellos aspectos más eruditos que pueden estar aún sujetos a debate; queremos que sea, ante todo, y como quieren ser todos nuestros devocionarios, un volumen popular, nutrido pero básico y esencial, aunque tampoco irá falto de Doctrina y Teología (católicas y actualizadas al Magisterio en vigor), porque rezando también se aprende… Que la Santísima Virgen de Guadalupe, Reina y Flor del Tepeyac, nos lleve más allá de donde alcancen estas pobres páginas.