Este libro no solo busca enseñar sobre lo profético, sino que viene con la intención de traer restauración y avivamiento en este ámbito. La iglesia que no camina bajo una dirección profética está destinada a navegar siempre en lo mismo, sin avances, sin revelación fresca y sin un mover genuino del Espíritu. Dios sigue hablando, pero necesita oídos atentos y corazones dispuestos a escuchar y obedecer Su voz.