Voces sin fronteras / Voices without Frontiers: Antologia Vintage Espanol de literatura mexicana y chicana contemporánea (Spanish Edition)

$18.95
by Cristina García

Shop Now
A medida que los descendientes de inmigrantes mexicanos se han ido estableciendo por todo Estados Unidos, ha surgido una gran literatura, pero sus similaridades con la literatura de México han pasado inadvertidas. En Voces sin fronteras , la primera antología que combina la literatura de ambos lados de la frontera méxico-americana, Cristina García nos presenta un diálogo intercultural de una rica diversidad. Voces históricas de maestros mexicanos como Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Juan Rulfo se entrelazan contínuamente con voces magistrales de chicanos como Sandra Cisneros, Rudolfo Anaya y Gloria Anzaldœa para formar una vibrante tela bilingüe y bicultural. El resultado es esta memorable colección de obras de ficción, ensayos y poesía que brinda una perspectiva emocionantemente nueva de nuestro continente —y de la mejor literatura contemporánea. “Esta maravillosa introducción a algunas de las voces más luminosas y esclarecedoras de las tradiciones chicana y mexicana nos ofrece un fascinante y resonante diálogo entre ambas”. —Rafael Pérez-Torres, profesor de Literatura Americana y Estudios Chicanos, UCLA “En una época que reduce ‘lo mexicano’ a un degradante estereotipo, esta colección de encantos literarios permitirá que los lectores aprecien la riqueza de una civilización milenaria”. –Ilan Stavans, autor de Spanglish: The Making of a New American Language Cristina García was born in Havana and grew up in New York City. Her first novel, Dreaming in Cuban, was nominated for a National Book Award and has been widely translated. Ms. García has been a Guggenheim Fellow, a Hodder Fellow at Princeton University, and the recipient of a Whiting Writers’ Award. She lives in Napa with her daughter and husband. ALFONSO REYES La mano del comandante Aranda El comandante Benjamín Aranda perdió una mano en acción de guerra, y fue la derecha, por su mal. Otros coleccionan manos de bronce, de marfil, cristal o madera, que a veces proceden de estatuas e imágenes religiosas o que son antiguas aldabas; y peores cosas guardan los cirujanos en bocales de alcohol. ¿Por qué no conservar esta mano disecada, testimonio de una hazaña gloriosa? ¿Estamos seguros de que la mano valga menos que el cerebro o el corazón? Meditemos. No meditó Aranda, pero lo impulsaba un secreto instinto. El hombre teológico ha sido plasmado en la arcilla, como un muñeco, por la mano de Dios. El hombre biológico evoluciona merced al servicio de su mano, y su mano ha dotado al mundo de un nuevo reino natural, el reino de las industrias y las artes. Si los murallones de Tebas se iban alzando al eco de la lira de Anfión, era su hermano Zeto, el albañil, quien encaramaba las piedras con la mano. La gente manual, los herreros y metalistas, aparecen por eso, en las arcaicas mitologías, envueltos como en vapores mágicos: son los hacedores del portento. Son Las manos entregando el fuego que ha pintado Orozco. En el mural de Diego Rivera (Bellas Artes), la mano empuña el globo cósmico que encierra los poderes de creación y de destrucción: y en Chapingo, las manos proletarias están prontas a reivindicar el patrimonio de la tierra. En el cuadro de Alfaro Siqueiros, el hombre se reduce a un par de enormes manos que solicitan la dádiva de la realidad, sin duda para recomponerla a su guisa. En el recién descubierto santuario de Tláloc (Tetitla), las manos divinas se ostentan, y sueltan el agua de la vida. Las manos en alto de Moisés sostienen la guerra contra los amalecitas. A Agamemnón, “que manda a lo lejos”, corresponde nuestro Hueman, “el de las manos largas”. La mano, metáfora viviente, multiplica y extiende así el ámbito del hombre. Los demás sentidos se conforman con la pasividad; el sentido manual experimenta y añade, y con los despojos de la tierra, edifica un orden humano, hijo del hombre. El mismo estilo oral, el gran invento de la palabra, no logra todavía desprenderse del estilo que creó la mano —la acción oratoria de los anti- guos retóricos—, en sus primeras exploraciones hacia el caos ambiente, hacia lo inédito y hacia la poética futura. La mano misma sabe hablar, aun prescindiendo del alfabeto mímico de los sordomudos. ¿Qué no dice la mano? Rembrandt —recuerda Focillon— nos la muestra en todas sus capacidades y condiciones, tipos y edades: mano atónita, mano alerta, sombría y destacada en la luz que baña la Resurrección de Lázaro, mano obrera, mano académica del profesor Tulp que desgaja un hacecillo de arterias, mano del pintor que se dibuja a sí misma, mano inspirada de san Mateo que escribe el Evangelio bajo el dictado del Ángel, manos trabadas que cuentan los florines. En el Enterramiento del Greco, las manos crean ondas propicias para la ascensión del alma del conde; y su Caballero de la mano al pecho, con sólo ese ademán, declara su adusta nobleza. Este dios menor dividido en cinco personas —dios de andar por casa, dios a nuestro alcance, dios “al alcance de la mano”— ha acabado de hacer al hombre y le ha permitido construir el mu

Customer Reviews

No ratings. Be the first to rate

 customer ratings


How are ratings calculated?
To calculate the overall star rating and percentage breakdown by star, we don’t use a simple average. Instead, our system considers things like how recent a review is and if the reviewer bought the item on Amazon. It also analyzes reviews to verify trustworthiness.

Review This Product

Share your thoughts with other customers